LA CASA DE LA NOVIA
Y como de una novela se tratara, seguimos el curso del blog de una manera cronológica.
Ya tenemos al fotógrafo, hemos hecho la preboda y por fin llegó el gran día.
Al igual que los novios, los familiares y los amigos, nosotros, los fotógrafos, también nos levantamos con un hormigueo en el estomago, por lo menos ese es mi caso. “ Cámaras, tarjetas, baterías, flashes, pilas… Se me olvida algo”.
“Toc – Toc”.
- Hola! Soy Santi, el fotógrafo.
Entro en la casa o habitación del hotel y entre un revuelo de nervios, prisas y rimel, mi cámara se impulsa a enfocar a todas partes. Ves a la protagonista, un par de sonrisas, algunas frases cortas y ella me mira, una mirada serena pero a la vez impetuosa, una mirada cómplice pero algo furtiva, una mirada con un brillo especial… Ya sé donde hay que enfocar, ahí está el alma, por momentos los detalles pasan a segundo plano y con mucho cuidado empiezo a hacer fotos, con sigilo, intentando trasmitir calma y seguridad a la novia, a veces veo una buena fotografía, pero no la hago, o sí, pero no con la cámara, me la guardo en la retina y me acerco a ella, sé que voy a tener mas fotos como esa y mejores durante el día, sigo disparando.
Todo listo! La novia ya está preparada, las fotos realizadas y sobretodo, el fotógrafo acaba de participar en uno de los momentos mas íntimos del día… Ya nos vamos conociendo más, estamos mas conectados y no sólo con la novia, si no también con su gente más cercana.
Bien.
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